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Mostrando entradas de diciembre, 2011

Por Wirikuta

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Esta es la historia... Cuentan los ancianos, que hace mucho, mucho tiempo en la sierra huichola se reunieron los abuelos para platicar de la situación en la que se encontraban. Su gente estaba enferma, no había alimentos, ni agua, las lluvias no llegaban y las tierras estaban secas. Decidieron mandar de cacería a cuatro jóvenes de la comunidad, con la misión de encontrar alimento y traerlo a su comunidad para compartir fuera mucho o poco. Cada uno representaba un elemento, es decir el fuego, el agua, el aire y la tierra.  A la mañana siguiente emprendieron el viaje los cuatro jóvenes, cada uno llevando su arco y su flecha. Caminaron días enteros hasta que una tarde de unos matorrales saltó un venado grande y gordo. Los jóvenes estaban cansados y hambrientos, pero cuando vieron el venado se les olvidó todo; comenzaron a correr detrás de él sin perderlo de vista. El venado veía a los jóvenes y se compadeció. Los dejó descansar una noche y al día siguiente los levantó para seguir con la

Me gustan las personas

Cuando son sinceras,cuando tienen el valor de decir lo que piensa pero sin lastimar a los demás teniendo prudencia. Me gusta cuando piensan tanto en sus sueños hasta que logra vivir en ellos. Me gusta la gente que come y agradece, que duerme y descansa. La gente que disfruta cada día pero es capaz de planear el siguiente. Que se mantiene intranquila siempre buscando algo más.  Que ayuda, que es compasiva, que llora y se molesta.  Me gusta la gente a la que le i mporta la gente. Cuando te mira a los ojos y puede transmitirte verdad. Que ríe con la boca abierta y que baila aunque no sabe bailar. Me gustan las personas que no temen amar, que saben el significado de un beso y de un abrazo. Que te escuchan y te sonríen. Que te observan, que no te ven. Que no te juzgan. 

En un momento

He escrito en un diario desde que tenía 10 años de edad, gracias a un cuaderno que alguien me regaló y era demasiado bonito para dejarlo en blanco. Al principio era un recuento de lo que me pasaba en el día, después era un depósito de las malas ideas que tenía contra mi madre y hermanos y toda la sociedad. Luego un desahogo de desamores y, más recientemente, descripciones de viajes, de sentimientos en momentos difíciles y de proyectos. Descubrí en estos años que suelo escribir más cuando me siento triste, cuando algo malo me ha pasado; y cuando estoy feliz, estoy tan distraida que no escribo tanto, no lo recuerdo. ¿Por qué será? Aún no lo sé. Pero sé que siempre que regreso a leer lo que escribí, me digo a mi misma que el sufrimiento aquel que describí en realidad no era para tanto, y cuando leo algún capítulo feliz me provoca una sonrisa y la sensación de estar contenta de nuevo. Este no será mi diario, qué aburrido sería, tampoco quiero que lo lea alguien en especial. Sólo q