Puerto Rico
Fue un viaje cortito, sólo una semana completa. Me parece un
país lindo, sí tiene cosas por visitar a pesar de que algunas personas me
dijeron lo contrario antes de irme. Sus playas son lindas, sobre todo porque no
están ocupadas por los grandes hoteles, sólo en viejo San Juan los encontrarás.
Es un país muy gringo sí; su historia ha sido de dependencia
a otro país. Siendo población indígena un día fueron colonizados por España y
bajo su poder estuvieron muchos años, hasta que este país pierde un
enfrentamiento con Estados Unidos y es entonces cuando les regalan aquello que
no era suyo, una isla estratégica, Puerto Rico.
Todavía reconocen su pasado indígena (indio taino), pero también se
reconocen como estadounidenses, es extraño, pero están de acuerdo en ser parte
de ese país; según me contaron, la mayoría ha votado por la no libertad. Bueno,
no son en sí una colonia, son un “Estado asociado”; ¿y qué implica eso? Es de
tarea.
En este viaje estuve con viejos conocidos, un hombre y una
mujer que estuvieron conmigo en la secundaria. A ninguno de los dos los conozco
muy bien y, como en todo viaje que terminas odiando o amando a tu acompañante,
en esta ocasión ella se convirtió en una gran amiga y de él reconocí cosas de
las personas que son muy desagradables. Repito viajeros, elegir con quien viajas, es fundamental.
Pero esto no me ocupó en el viaje, la verdad es que lo
disfruté muchísimo. Me encantaron los puertorriqueños, su manera de hablar, su
amabilidad y apertura. No tienen mucha cultura gastronómica pero lo comido
estuvo bastante bien. Conocimos personas
maravillosas. Y aunque es un país caro, que maneja el dólar, confirmé que es
más importante aprender a viajar y entonces administrar el dinero.
Puerto Rico se queda con un pedacito de mi corazón viajero,
y me deja con buenos recuerdos.
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