Un julio en México

El 1 de julio de 2012 fueron las elecciones en México. Las elecciones presidenciales, además de algunas estatales, y para cámara de diputados y senadores. Cuatro fueron los aspirantes a la presidencia, y en mi opinión, ninguno lo sificientemente bueno para ocupar ese puesto.

En los años que llevo de vida nunca había visto unas elecciones en mi país tan... esperanzadoras; en un momento en el que mi país atravieza la peor racha de desesperanza, incridulidad, violencia, muerte, corrupción, y si sigo la lista sería demasiado larga.

Después de un largo proceso, de unas campañas políticas sucias, tontas, inquietantes y hasta con un toque de bufonería, se llegó el día de las votaciones, momento de espectación en todo el país. Ganó quien menos debía ante los ojos de la mayoría de mexicanos.

Un hombre inculto, poco preparado, ex gobernador de un Estado cuyas acciones en el poder no fueron bien calificadas, con una historia personal poco descifrable y perteneciente al partido político que permaneció en el poder por 75 años y que apenas fue desbancado hace 12, cuya historia estuvo llena de pobreza, robo, mentiras y crímenes.

Creo que el ambiente en el país fue y sigué siendo ahora, unos cuantos días después, de luto. Ahora se están realizando varias protestas a lo largo y ancho del país, muchos, sobre todo jóvenes, salen a las calles gritando "fraude" y "revolución". En las redes sociales hay un gran movimiento, se alcanza a ver el descontento de lo que aún no logro analizar, si es la mayoría.

Me considero una persona activa cuando de lucha social y política se habla, pero ahora... ahora no sé qué pensar, ahora no he salido a ninguna marcha, no he publicado cientos de mensajes en mi Facebook pronunciándome en favor de tomar las calles y de protestar por éste maldito gobierno corrupto, y sé que muchas de las personas que me conocen ven un poco extraño el silencio de mi parte.

Y lo que sucede es que en realidad... no sé lo que sucede, me declaro una mexicana confundida ante las toneladas de información que circulan en las redes sociales, y las declaraciones de las instituciones que "regulan" el buen funcionamiento de la democracia y la estabilidad social de mi país. Pero y, si al final resulta que ésto si fue un fraude y que el que ocupará el puesto de gobierno, no debería estar allí, entonces ¿qué pasará? ¿servirán de algo nuestras protestas? ¿llegaremos a una solución que en realidad satisfaga a todos?
En verdad es que lo dudo, y reconozco y me apena mi apatía, tal vez en los próximos días decida tomar mi cartel y también formar parte de la protesta, pero hasta ahora permanezco incredula de todo, indecisa, insegura, realmente confundida. Pero por otra parte reconozco, admiro y respeto sobre todo a todas las personas que en cada Estado del país demandan por sus ideales y tienen una postura, no sé si firme o no, si conciente o coherente o no. Pero el movimiento, de esto si estoy segura, siempre será bueno y seguro traerá beneficios.

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