India

Uno de esos viajes maravillosos. India no es un país fácil de viajar, dicen que, o lo terminas odiando o amando. Yo definitivamente volvería.

Podría contar tantas cosas sobre lo que vi y sentí en este viaje, pero creo que ninguna foto y ningún diario, se acercarían a esa realidad. Definitivamente quien quiera conocer sobre este país, tendría que verlo con sus propios ojos.

Conocí sólo seis ciudades del norte del país, supongo que las más turísticas, Delhi, Agra, Varanasi, Jaipur, Jaisalmer y Mumbai. Dos de ellas me impactaron más, Varanasi, esa ciudad a orillas del Río Ganges, en donde se llevan a cabo los baños a manera de ritual y la quema de sus muertos. Independientemente de eso, sus callejones, las ceremonias en bendición de las cinco entradas al Ganges todos los días a las 6 pm, el ambiente religioso y el montón de iglesias, te hacen sentir en un sitio peculiar y sin igual. Por lo menos así me sentí.

La otra cuidad fue Jaisalmer, que a su alrededor tiene un desierto impresionante, nunca había visó uno. Me pude resbalar por sus dunas, jugar con los fósiles, inspirarme con su inmensidad.

Pero no todo es bonito y místico, en realidad es un país sucio o complicado. El tráfico en las ciudades es para volverse loco, entre coches, tuc tuc, caballos, camiones,perros, vacas, gente, etc, es un verdadero caos. Te cuesta trabajo acostumbrarte al olor; una mezcla de basura quemada, gasolina, especias, orines... Pero supongo que esto es también lo que le hace peculiar.

La gente es muy similar a nosotros... creo; son religiosos, amables, buenos vendedores que si te dejas, puede que hasta te roben. Lo que no puedo soportar es su poca visión de una ciudad mejor cuidada y de exigencia al gobierno de mejores circunstancias de vida... igual que nosotros... supongo, aunque en otros niveles. Sé poco de su situación política y económica, así que no me atrevo a opinar.

Hice Yoga, aprendí sobre algunos de sus dioses, abracé a un elefante, oriné entre vacas, ratas y tierra, comí su comida callejera, fumé su hachís, bebí de su té, hablé con su gente, amé a su gente, vi su necesidad y su fe. Para mi, eso es India.




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