Oaxaca, Veracruz, Michoacán

Estuve en el lapso de mes y medio visitando estos tres estados del país, ya los conocía de antes, pero siempre encuentras cosas nuevas para conocer. Dicen que mi país es peligroso, a mi nunca me ha pasado nada, aunque si he visto a quienes les pasa. Tal vez suerte, tal vez que no me da miedo, y no quiero dejar de viajar dentro de México por miedo.

Oaxaca uno de mis tres Estados favoritos, después de Michoacán y Chiapas, su capital es una ciudad hermosa, imponente, indígena. La comida tan característica con sus tlayudas, tamales, queso y chocolate, que se han convertido en característicos de la cocina mexicana. Además si sales de la ciudad te puedes encontrar con lugares en la nanuraleza impactantes como Hierve el agua, o pequeños pueblos para descansar como Mitla.

Veracruz es un Estado que a mi siempre me ha parecido triste, tal vez porque tengo la idea en mi cabeza de que por allí empezó la conquista; ese puerto tan sucio, o ciudades tan contaminadas como Poza Rica. Por otro lado Xapala es un pueblo tranquilo y agradable, sé que me falta mucho por conocer allí, tal vez con el tiempo voy a querer más a Veracruz.

Michoacán, qué no hay por ver en Michoacán, amo sus playas, sus pequeños pueblos, Morelia es de las ciudades más lindas que he visto. Pero en esta ocasión fui a ver a las mariposas Monarca, con ese espectáculo que efrecen, volando a tu rededor, y si tienes suerte, tu cuerpo les puede servir como espacio para descansar un rato. Es una de las cosas más lindas que he visto en la naturaleza, su recorrido desde Canadá, es un fenómeno ya explorado y que no me deja de sorprender.

Cómo no te voy a querer México... He visitado quince países en mi vida, y aún no encuentro otro en el que me gustaría quedarme, tal vez sea sólo un tonto patriotismo, no lo sé. Tal vez necesito visitar otros quince países, ojalá...

Claro que cada viaje tiene su compañía y su aprendizaje, en esta ocasión la compañía me recordó quién era yo antes, cuando me enamoraba por un beso, y aprendí que puedo ser una mala persona. Y no se asusten que eso no es malo, creo que la maldad también es parte de nosotros, y la descubrimos sobre todo cuando nos queremos defender, mi problema ahora es,  distinguir de quién me debo defender.

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