Por Wirikuta

Esta es la historia...

Cuentan los ancianos, que hace mucho, mucho tiempo en la sierra huichola se reunieron los abuelos para platicar de la situación en la que se encontraban. Su gente estaba enferma, no había alimentos, ni agua, las lluvias no llegaban y las tierras estaban secas. Decidieron mandar de cacería a cuatro jóvenes de la comunidad, con la misión de encontrar alimento y traerlo a su comunidad para compartir fuera mucho o poco. Cada uno representaba un elemento, es decir el fuego, el agua, el aire y la tierra. 
A la mañana siguiente emprendieron el viaje los cuatro jóvenes, cada uno llevando su arco y su flecha. Caminaron días enteros hasta que una tarde de unos matorrales saltó un venado grande y gordo. Los jóvenes estaban cansados y hambrientos, pero cuando vieron el venado se les olvidó todo; comenzaron a correr detrás de él sin perderlo de vista. El venado veía a los jóvenes y se compadeció. Los dejó descansar una noche y al día siguiente los levantó para seguir con la persecución. Así transcurrieron semanas hasta que llegaron a Wirikuta (desierto de San Luis Potosí y camino sagrado de los huicholes). Estaban justo en la puerta al lado del cerro de las Narices, en donde habita un espíritu de la tierra y vieron al venado que brincó en esa dirección. Ellos juraban que se había ido por ahí, lo buscaron pero no lo hallaron. De pronto uno lanzó una flecha que fue a caer en una gran figura de venado formada en la tierra de plantas de peyote. Todas juntas brillaban con el sol, como esmeraldas mirando a una dirección. Confundidos los jóvenes con lo sucedido, decidieron cortar las plantas que formaban la figura del venado (marratutuyari) y llevarlas a su pueblo. Después de días de camino llegaron a la sierra huichola donde los esperaba su gente. Se presentaron de inmediato con los abuelos y contaron su experiencia. Comenzaron a repartir el peyote (híkuri) a todas las personas que después de un rato los curó, alimentó y les quitó la sed. Desde ese momento los huicholes veneran al peyote que a mismo tiempo es venado y maíz, su espíritu guía. Así cada año, hasta nuestros tiempos, siguen andando y peregrinando, manteniendo viva esta ruta de la sierra huichola hasta Wirikuta, para pedirle al Dios lluvias, sustento y salud para su pueblo.(Elizabeth Mendez, Real de Catorce Mágico)

La Sierra de Catorce y el desierto sagrado de Wirikuta, están ubicados en el altiplano de San Luis potosí, este territorio está amenazado por una poderosa minera trasnacional First Majestic Silver Corp, empresa canadiense especializada en la explotación de la plata, que con modernas técnicas de alto impacto, destruiría el patrimonio ambiental y cultural de los mexicanos y daría un golpe al corazón de la tradición y cultura del pueblo Wixarika (Huichol).Se trata de un destructivo mega-proyecto minero que se presenta como una falsa promesa de progreso.  Los métodos de extracción y procesamiento del mineral son altamente contaminantes y nocivos con resultados irreversibles. De concretarse el proyecto se estarían violentando leyes nacionales y tratados internacionales. 

El área de Wiricuta, que fue reconocida como Área Natural Protegida (ANP) en modalidad de sitio sagrado para el pueblo Wixarika por decreto del gobierno del estado, es decir, es territorio con protección ambiental y cultural. Otro punto de importancia es la inclusión de la Ruta Huichol por los Sitios Sagrados a la lista indicativa de patrimonio de la humanidad UNESCO.

Existen diferentes movimientos en contra de estas acciones pueden buscar en internet y apoyar si les parece, también encuentran más información en http://salvemoswirikuta.blogspot.com/

Pampariusi (gracias en la lengua Wirrarika)


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